lunes, 15 de junio de 2015
LAS EMOCIONES.
Centro la atención de mis pensamientos en la vida que nos rodea.
Todos formamos parte de un todo.
Nuestro pensamiento intensifica o disminuye la actividad de nuestro cuerpo.
Cuando las emociones se desbordan, el pensamiento activa en tu cuerpo el órgano o zona más vulnerable, ejerciendo sobre este una presión que con el tiempo puede causar un desequilibrio en el organismo.
Centra la atención en la respiración, ralentiza su fluir, busca tu equilibrio.
Aprende de la noche, después de una gran actividad durante el día, todo vuelve a su centro, a la calma.
Es el momento de más intensidad espiritual, donde la conexión se intensifica.
Es el momento de la reconciliación de cada ser vivo consigo y con el todo.
La meditación nos ayuda a estar continuamente activos desde nuestro centro.
Al estar en tu centro todas las palabras acciones y gestos recobran vida.
Comprendiendo y aceptando el motivo que empuja a cada cual a comportarse de una forma concreta.
No somos dueños de nuestras emociones, si no somos conscientes del lugar que ocupamos en la vida.
Acepta con agrado, ilusión y amor el motivo de tu existencia.
Ralentiza y observa como el prana llena tus pulmones, sana tu mente y conecta tu espíritu.
Regalándole vida a tu cuerpo.
El aire motor de la vida, el amor alimento del alma.
Respira con consciencia y calma.
No perderás tu centro.
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