domingo, 2 de marzo de 2014
Comentarios sobre el Tao de Lao Tse - 4
La verdadera maestría se alcanza dejando que las cosas sigan su curso, no puede alcanzarse interfiriendo.
No hay ilusiones en su mente ni resistencia en su cuerpo. No piensa en sus acciones, ellas fluyen desde el centro de su ser.
Es recto pero flexible. Radiante, pero con la mirada calma.
Cada problema necesita su tiempo para comprenderse, aceptarse y resolverse, mantente en tu centro y deja que cada pieza encaje en el lugar que le corresponde para su propio desarrollo.
El gran sendero es simple pero la gente prefiere las sendas secundarias, vigila el instante en que se pierde la armonía.
Si observamos nuestro interior con calma, la vida nos conduce a las experiencias que necesita el alma para su evolución, cuando nos dejamos de llevar por el ego, el miedo, el apego conocemos el sufrimiento, la tristeza, la desilusión.
No des al mal nada a que oponerse y desaparecerá por si mismo.
No hay mayor ilusión que el miedo, ni mayor error que disponerse a la defensa, ni mayor desgracia que crear un enemigo.
Quien puede ver más allá del miedo siempre estará a salvo.
Si centras tu atención en lo que te hace daño, el sufrimiento nunca desaparecerá, tenemos la libertad de seleccionar nuestros pensamientos, nuestra actitud ante la vida y hacer desaparecer las creencias que nos daña y nos somete, evitando ser quien tenemos que ser para crecer como personas.
Solo tengo tres cosas que enseñar:
*Simplicidad en el pensamiento y la acción, retorna al ser.
*Paciente con tus amigos y enemigos, armonizas con el modo de ser de las cosas.
*Compasivo contigo mismo, reconcilias a todos los seres del mundo.
La naturalidad, honestidad, la risa, la alegría, son herramientas del amor, la comprensión de la paciencia de la sabiduría, sé compasivo contigo en tu interior esta el equilibrio de todo el universo debes de conectar y aceptarte.
El mejor dirigente sigue la voluntad de su pueblo.
El mejor atleta quiere su oponente en su mejor forma.
Todos ellos encarnan la No-Competición. aman competir, con espíritu de juego, son como niños y están en armonía con el Tao.
Buscan el mejor resultado para su superación personal, no existen ganadores ni vencidos, ni etiquetas, lo aman como un juego y buscan disfrutar el momento de compartir con los que te rodean para aprender y mejorar, con una actitud abierta y positiva, dando todo lo mejor de ti, divirtiéndote como un niño.
El maestro puede dar sin cesar su riqueza no tiene fin.
No espera nada, no desea nada, todo lo da, por ello el universo le premia con la mayor riqueza, la sabiduría que da el amor incondicional.
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