domingo, 10 de mayo de 2015

La Montaña.








 Amanecer serena tranquilo.
Aire denso frío.
Olor a hierba y pino.
Energía que me abraza y reconforta.
Sonidos que me envuelven y seducen.

¡Al ver tu magestuosidad en la lejanía !
Mi alma sonríe.
Ya nada temo.
Los seres que en ella habitan me dan su amor, su consuelo.

El prana me alimenta el cuerpo, la luz el espíritu.
¿ Que más puedo pedir ?
No siento rechazo ni juicio.
Solo paz y sociego, percibo entre sus ramas y cañadas.

Pierdo la mirada en sus cumbres, cielo claro y limpio.
Recuerdo de paseos y charlas.
Paz, respeto y cariño.

No conozco más noble objetivo, que ser fiel.
A tu alma, a tu camino.